Tanto, todas, tanto…
X Victoria Aldunate
No fue un buen año, dolió más que otros. Muchas lo han confesado
y sentí lo mismo. Algunas nos quedamos calladas aunque no pareciera, otras
ensimismadas, otras a la espera… Pero el mundo no se acabó, al menos todavía (aunque
conozco niñas que han querido que se acabe por lo que le hacemos a los animales
y a la tierra… y las acompaño en el querer…)…
Pero No se acabó todavía, y es más, mis amigas y muchas de
las que amo, salvaron mi año-fin de mundo. Lo hicieron con un montón de
sanación. No todas las que quisiera ni todas las que amo… -porque yo pido mucho,
ese es uno de mis más impresentables defectos, que son demasiados, de mujer desquiciada-…
Una me dio flores, otra imanes, otra exámenes médicos gratis
-que cuestan re caros-, alguna, monedas y varias: Si la plata no alcanza, la juntamos de algún
modo para que te hagas lo que tengas que hacerte en la clínica o el centro
médico… Esto -hay que aclarar- en dos países donde la salud es un privilegio y
una enfermedad grave viene y te da bofetadas de agresor en plena autonomía. Entonces
la autonomía y el cuerpo se te van al carajo… Mi cuerpo, esta maravillosa
materia que me ha dado montones de placer, que ha parido cariños e ideas, estaba
hecho un ovillo y me daba rabia. Rabia de
esa que incendia las tripas. Ya no me paraba fácil a hacer lo que he hecho
siempre. Las piernas se me rebelaban y me decían: ¡Ahí te quedas wevoncita! Y
entonces pensaba: ¡Estoy envejeciendo y ninguna crema pa las arrugas me salva,
ni cagando!…
Las rodillas me tiritan y duelen… “Es que a lo mejor te
cuesta pedir perdón, por eso te duelen las rodillas”… Y yo para mí misma: Sí, cresta, soy una
testaruda y soberbia. “Esa pintura habla de ser transgredida”. Y yo para mis
adentros: Sí, ¡mil veces, mil no, millones!... “Por qué aguantas”, me dijo… y yo le
respondí con ojos de uva y sin palabras:
“¡Te odio por preguntarme eso, wevón misógino!”. Y luego, sola, me miro al
espejo, amarilla como furia y me castigo más que un misógino, más que una hija
adolescente a su madre. Mucho más. Más que una anarca a una conservadora, más
que una testiga de Jehová a una lesbiana
con escándalo… Mucho más. Y me digo: ”¡Tonta, retonta, pura palabrería, pura
poesía política tu discurso!”. Y me enfermo yo misma como el peor de los
castigos de Dios… Y me confieso con el terror de la hija de Fredy Krugger: ¡Mierda,
estoy envejeciendo!...
Y es loco el mundo porque amarilla envejeciendo, estos gobiernos, sus policías de poca intelinjensia
y monta, los varones de las izquierdas y las diversidades, y las compañeras
connotadas, me siguen tratando como chiquilla ingenua a la que no paran de
ningunear; y por otro lado, algunas jóvenes maravillosas siguen echándome en
cara que soy “connotada” y “famosilla” y que el feminismo requiere “carne
fresca” (que yo ya no soy)… Y de paso, yo, estúpida fémina, pienso en la carne
fresca que engalanará a las que he amado porque yo ¡por la misma cresta, estoy envejeciendo
y ya no estoy rica!... ¿No ve?
Así deambulaban mis
tontos pensamientos, de la victimización a la posesión satánica y viceversa, mientras me enfermaba. Y ojeaba libros y libros, artículos y
más artículos sobre "decolonialidad", "feminismos", "disidencias", "revoluciones"... Porque
qué más hacer, que leer a expertas si no puedes ni pararte de enferma… Pero no
era todo. Que si hubiese sido todo, no sería la que soy. También leía “decolonialidad”
y pensaba en la Mashi. ¿Qué dirá ella si la entrevistaron por mapuche y
feminista para luego no escribir nada de lo que ella dijo?... Y pensaba en la Shani y en la Yoya con sus
corazones feministas que alguna
feminista no quiso entrevistar porque dijo que sólo eran mapuche y no feministas... Leía “feminismos” y pensaba en la Erika cambiando su vida desde la médula. Leía “disidencias” y “revolución” y pensaba
en la Ceci pololeando con la Loreto, en la Su oponiéndose siempre a represas cabronas,
en la Isa tomadita de la mano con su novia, en la Tati, silenciosa y que, a
veces, cuando habla, nos dice –me dice- ¡cuantos pares son tres moscas! Pensaba
en la Ros criticando mis ejercicios de reina en los talleres, esperando wawa y
diciéndome ¡qué guapa, chica!, pensaba en la Lenny cantando y tocando sin
tragarse ni por un momento eso de que si las mujeres tocan música se les seca
la leche (como dicen los indianistas o indigenistas o izquierdistas, o los
machos que sean). Pensaba en la Rosy y la Eliana abrazando a las mujeres,
pensaba en la Kllejeras, en las Luchemos, en las Memos, en las Huelgas, las Acacias, en mi mamá y mi hija, en la la Lore, en la inolvidable María Isabel, la Teresita, la Ana, la Martika, la Marta, la
Susana, la Berna, la Ale, la Ximena, la Marcia, la Gioco, la Kintún, que parece que poco merecen una
ojeada de las famosillas –excepto de mí, como diría una anarcofeminista muy
mala… De mí que tampoco soy de las más "connotadas" -por demasiado resentida, izquierdista y todo eso- y estoy, algo así como en el piso
intermedio, tironeándome pabajo donde gozo mejor -aunque también gozo arriba, eso sí-..
El punto es, pensaba en ellas y ellas en mí y eso me salvó.
Lo sé porque me fueron a buscar, me hablaron, me llamaron, me escribieron, las
soñé, me soñaron.
“¡Pa botarte, se necesita mucho más que una
enfermedad!”, dijo la Claudia y ella
sabe de catástrofes en la vida. Gracias. “Na de gracias, estas cosechando tu
siembra”, dijo otra. La Ceci me dio su hombro pa llorar amores perdidos, la
Celeste me hizo recordar que hubo cosas re buenas también, la Loreto me dio un
globo chino anaranjado, para elevarlo una noche desde un puente y solicitarle a
las diosas lo que yo quisiera... ¿Todo, todo? ¿Me lo dai firmado?... Sí, todo. Y
me convencieron. Tanto, todas, tanto. Que empecé a amanecer con los ojos más
limpios. Y salvaron mi fin de año-acabe de mundo...
Mi abuela me diría: Mijita no cante victoria tan luego, que
la vida da vueltas, y ella con su sabia sospecha femenina (y sin dudar ni por
un minuto de que las mujeres existen), sabía bien de vueltas
de la vida. Pero no, si no canto victoria, sólo agradezco que sin plata y con
besos y abrazos terapéuticos, mis amigas me sanaran al menos en este fin de año 2012 sin acabe de mundo... aún…
Me alegro mucho de saber estas noticias.
ResponderEliminarespero que el 2013 te sea mas pródigo en realizaciones, salud y debates.
Abrazos
Marta
iGUAAAL COMO EL VINO... YA! SIN MARIDO, SIN PARTIDO, SIN DIOS, SIN PATRÓN
ResponderEliminarPara citar a otra abuela...mi abuela decía: "donde se cierra una apuerta se abre un ventana" un dicho simple y tan cierto. Las ventanas se abren para que entre el sol, el aire puro, para echar los malos humores, para refrescar la casa...
ResponderEliminar...nuetra casa/cuerpo/alma.
El mundo como lo conocemos no se acabó, aunque cada día hacemos lo imposible por destruirlo. Pero no existe sólo un mundo...
mi mundo se acaba de vez en vez, de paso en paso, de amor en amor, y yo lo construyo siempre nuevo, con much@s, con poc@s, conmigo!!!
Edith