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PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

martes, 6 de mayo de 2014

MAYO: DECLARACIÓN FEMINISTAS EN LUCHA

 Como Coordinadora Feministas en Lucha nos manifestamos otra vez en las calles y en marcha, con el propósito de cuestionar y disputar el sentido de este 1° de mayo en contextos actuales. Lo hacemos desde nuestra conciencia clara que  no trepida en reivindicar la lucha de obreras y obreros quienes han batallado duramente, a través de la historia,  para ganar derechos y condiciones dignas en sus labores, precariamente asalariadas, en distintas etapas del desarrollo moderno de nuestras culturas y sociedades latinoamericanas.

Las mujeres, en este marco, pareciéramos haber ocupado un lugar silenciado y minoritario frente a una presencia evidente de hombres. Sin embargo, es un hecho que nosotras  hemos sido y somos trabajadoras a boca llena.  Nos hemos subido al carro del trabajo fuera de las casas, en distintos contextos y épocas, pagando un alto costo que se manifiesta en una amplia diversidad de experiencias como sujetos femeninos subvalorados en la cultura patriarcal/capitalista en el transcurso de siglos: doble/tripe jornada de trabajo, en la que una de ellas (la producción afectivo sexual), no ha tenido NUNCA remuneración, por ende pareciera no tener estatuto de tal ni reconocimiento.

De este modo, como Coordinadora, nos declaramos en continuidad histórica al denunciar en este presente los desastres del presente sistema tardo-capitalista hetero-patriarcal depredador de las vidas y de la potencial felicidad de hombres y mujeres en sus diferencias culturales. Un sistema que  no trepida en precarizar, excluir  e hipotecar las condiciones de vida de todos, especialmente las de mujeres en sus singularidades de clase, etnia, generación y formación educacional, así como  de  quienes se escapan de  las normativas heterosexuales: trans, bisexuales, lesbianas, homosexuales, queer y rar@s en sus anchas manifestaciones diversas.

Este modelo tardo-capitalista, reproductor de violencia y explotación, se hace uno con el sistema sexo-género. Ha llegado a convertir al capital dinero y a los ejercicios de poder ligados a este,  en un centro de la vida, en una tiranía, como si no existiera otro modo de conformar sociedad humana. Junto con ello, Chile es uno de los países que ostenta enorme desigualdad  salarial en su composición social. Este sistema se ha sostenido en la división sexual del trabajo y en esta perversión, las mujeres, sujetos sociales, hemos quedado subvaloradas históricamente. Sin embargo, la realidad es más porfiada y denuncia que hemos sostenido el peso de una  triple jornada laboral; hemos recibido menor remuneración por igual desempeño con respecto a los hombres; hemos  asumido la labor de lo que las feministas denominamos “producción afectivo-sexual”, haciéndonos cargo de la formación material, ética y valórica de las y los hij@s, teniendo a cargo,  muchas veces,  el cuidado de madres y padres empobrecidos, ancianos y enfermos. Creemos que estas experiencias de trabajo NO remunerado ameritan ser reconocidas como trabajo, puesto que forman parte de las ganancias, en el concierto internacional, acumuladas por las Naciones/Estados.

En el presente, son múltiples las tiranías padecidas por  mujeres y las diferencias sexuales/ culturales en ámbitos laborales y por ende, múltiples las violencias generadas en ellos. Estas ocupan un amplio espectro  y van desde la exigencia de exámenes de embarazo, del cuerpo perfecto como norma sexual, del vestuario femenino a la moda, del  carnet de sanidad, de la apariencia femenina a ultranza, de la enorme productividad obligatoria  para paliar el hecho de ser mujeres. De esta manera, nos convertimos en objetos de consumo  y venta para las empresas capitalistas e instituciones vampiras de todo tipo. De paso, resultamos ser un sitio para el acoso de diverso origen: moral o sexual. Por otro lado, prostitutas y prostitutos siguen siendo violentados físicamente y nadie responde frente a estas realidades del  trabajo marginal silenciado; las y los inmigrantes, cada vez en mayor crecimiento en este país, forman parte de esas zonas innombradas dada la conveniencia  de su explotación para ensanchar el capital voraz;  l@s transexuales  son negados y menospreciados por sus identidades tránsfugas, las que resultan incómodas para el sistema laboral heterosexista, por ende, les impiden el acceso al  trabajo digno. Resulta paradójico que el Estado y su ley antidiscriminación no haya dado aun solución alguna a nuestras problemáticas.

Por todas estas razones y denuncias llamamos a la integración de todas y todos en la continuidad de las luchas sociales-culturales-laborales y políticas feministas; llamamos a crear instancias y acciones múltiples que logren exponer, en carne viva, la diversidad de las cruentas realidades laborales que nos desafían hoy, tiempos capitalistas salvajes tercermundistas y patriarcales, tiempos que nos compelen a imaginar transformaciones en las que todas, todos y todes seamos protagonistas diversos de esta historia y lucha presentes.

Coordinadora Feministas en Lucha

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