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PUNTADA CON HILO, COMUNICACIÓN DE MUJERES, fue un periódico en papel que circuló en los años '90. Nos definimos feministas y "con perspectiva de clase".

Salíamos mensualmente en todo chile, también llegábamos a otros países latinoamericanos. A organizaciones de base, tanto de mujeres como mixtas, llegábamos sin costo alguno o hacíamos un trato: una sola suscripción a cambio de varios ejemplares cada mes. Las ONGs e instituciones en cambio debían pagar sus suscripciones completas.

PUNTADA CON HILO se destacaba por un lenguaje directo, cercano, claro y por manejar como sus fuentes primarias los testimonios de las propias mujeres, sus experiencias, sus formas de evaluar los acontecimientos políticos y sociales, sus denuncias, sus ideas y elaboraciones políticas y culturales. Las "autoridades" en diversas materias, no pasaban de ser un apoyo secundario -tal como las estadísticas e informes oficiales-.

Denunciamos la falsedad de la llamada "vuelta a la democracia", las manipulaciones de los partidos políticos, rechazamos la instrumentalización de la lucha popular que hicieron -y hacen- la mayoría de las ONGs e instituciones -con honrosas excepciones-. Destacamos el feminismo popular, la mirada de clase y nos esforzamos por no caer en la sobreideología que daña -desde nuestra perspectiva- las luchas sociales. Hablamos mucho desde lo íntimo y desde los procesos que hacemos las mujeres en lo personal que es lo que realmente -estamos seguras- construye lo político cuando hay organización.

viernes, 12 de diciembre de 2014

NI FOLCLOR NI RECUERDOS DE MUSEO, MEMORIA VIVA


El Martes 9 De Diciembre En Tecka
Enviado X Pulchetun
Se Completa La Restitución De Los Restos De Inacayal A Las Comunidades Indígenas De Chubut.
El martes 9 de diciembre los últimos restos de Inakayal (Modesto Antonio, como lo llamaron los blancos) que estaban expuestos en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata regresarán al oeste de Chubut, 129 años después del viaje del lonko (jefe) mapuche a la capital de la provincia de Buenos Aires, prisionero del Ejército argentino.

Inakayal era hijo de padres de distintas etnias, tehuelches y mapuches. Fue uno de los últimos jefes de pueblos originarios en resistir a la campaña militar a la Patagonia comandada por el general Julio A. Roca. En 1885 acordó un parlamento con el general Conrado Villegas, que lo traicionó y ordenó emboscarlo y apresarlo la noche anterior a la del encuentro.

En lugar de trasladar al grupo –de unas 20 personas- a alguno de los fortines en donde concentraban a los prisioneros, a solicitud del perito Francisco P. Moreno fue llevado al Museo de La Plata. Allí Inakayal y los demás fueron obligados a trabajar como ordenanzas y peones.

En 1888 Inakayal murió –al caer por unas escaleras, según la versión oficial, muy discutida-, con más de 50 años de edad, luego de lo que fue diseccionado y expuesto en partes separadas en vitrinas del Museo.
El histórico operativo nace en la ley nacional 25.517, impulsada por el ex presidente Néstor Kirchner en 2006, que ordenó la restitución de los restos mortales de museos a los pueblos indígenas que los reclamen.
Ya el 20 de abril de 1994 habían restituido restos óseos de Inakayal a las comunidades indígenas de Chubut, para un enterratorio ceremonial. Esta semana la restitución se completará con su cerebro y cuero cabelludo, y los restos de su mujer y de su sobrina, Margarita Foyel, reclamada formalmente por la Comunidad Mapuche Tehuelche Nahuelpan.

"Esta restitución cierra un proceso muy complejo, no sólo referido al manejo de colecciones antropológicas en los museos, sino sobre la construcción del Estado argentino en relación con los pueblos originarios", explica el historiador Wálter Delrio, investigador del Conicet y docente de la Universidad Nacional de Río Negro.

Delrio investigó la toma de prisioneros aborígenes y su disposición como esclavos para familias e industrias de todo el país, además de entregas para prostitución, y también el uso de los restos para investigación científica sin ningún tipo de escrúpulos.
"Decenas de miles de grandes y chicos fueron trasladados hacia fortines que funcionaron como centros de concentración para la distribución posterior a las ciudades. Iban a curtiembres, industrias vitivinícolas, molinos, zafra, obras públicas; a familias como criados, y también reclutados en el Ejército y la Marina", añadió.

El investigador define que se trata de "políticas y prácticas genocidas, tanto del gobierno como de la sociedad civil: la distribución de los chicos era encargada a damas de beneficencia, la iglesia Católica los bautizaba cambiándoles los nombres, y los padrinos eran los presuntos adoptantes".

"Luego de la muerte de miles de indígenas, se disolvieron los vínculos familiares de los sobrevivientes y dentro de la estructura estatal se buscó desarticular a los pueblos. No sólo se buscó su desaparición física sino que se intentó hacer desaparecer a los pueblos completos, por eso hablamos de genocidio", define.
Moreno había antecedido a la conquista con cinco viajes a la Patagonia, definidos como exploratorios y naturalistas, en los que contribuyó con datos a acuerdos de frontera con Chile. Creó el Museo de La Plata y propició su primer contenido, proceso en el que exhibía y describía a los prisioneros vivos y luego diseccionados.

Se decía "amigo" de Inakayal y otros jefes, y fue en función de eso que pidió que sean llevados a La Plata, supuestamente para poner a salvo sus vidas y destinos.
Los procesos revisionistas críticos tienen distintos matices, algunos como los de Osvaldo Bayer lo señalan como parte de la organización y ejecución del genocidio, y otros documentan el aporte informativo esencial que brindó al Ejército sobre los pueblos originarios y su geografía.

Recién en la década de 1980, a partir de la militancia indigenista, comienza un replanteo de la sociedad civil en conjunto: se instala la temática y se amplía la discusión.
En 1992, con la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América por parte de Colón, surge un fuerte revisionismo en todo país, que se hace fuerte en la academia y sectores intelectuales. Además generó legislación de avanzada a nivel mundial, que entre otras se tradujo en el Convenio 169 de la OIT, vigente en Argentina por la Ley. 24.071.
En 1994, la nueva Constitución Nacional incluye el artículo 75, que establece la preexistencia de los pueblos originarios al Estado argentino.

A partir de 2003 y el impulso que el gobierno nacional le dio a la recuperación de derechos y a la discusión historiográfica, tres años después se promulgó la ley de Restitución.
Entre esos años, fue esencial la creación del Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social (Guias), en el ámbito de la Universidad Nacional de La Plata, cuya investigación y trabajo se focalizó en el Museo y la colección antropológica.
Guias estableció que en la entidad hay 10.000 restos humanos, de los que están identificados apenas 30, y comenzó a militar por la aplicación de la ley en todo el país, educar y concientizar, y terminar con el concepto de que la cuestión indígena es un elemento de museo.
Delrio sostiene que "la restitución es muy importante como emblema del cambio, termina con el legado de un genocidio del Estado y la sociedad argentina".
"Les devuelve la condición de personas, no elementos de colecciones, los reconoce víctimas del proceso genocida y se transforma en los primeros pasos de una reparación real. Su derecho pasado y también el presente porque allí están sus deudos reclamando y recibiendo los restos, y reconstruyendo lazos de parentesco".

Fuente: Originarios.org.ar

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